Historia-PRE


El Caballo ha sido para mí desde mi infancia un animal fuera de lo común. Me gustaban todos y quería montarlos todos. Si bien por avatares del destino tuve que dejar la equitación, actividad que me producía un enorme equilibrio interno, no fue sino gracias a mi madre, ganadera de profesión y por afición, por quien volví a mis orígenes. Ella, que con sacrificio ha conseguido mantener las líneas de sangre primigenias, y desde siempre ha profesado una gran admiración y dedicación al Caballo de Pura Raza Española, ha dejado patente en cada ejemplar que ha criado el sello de nobleza, fuerza, belleza y funcionalidad que caracteriza esta raza, a veces tan olvidada y otras tan admirada, según cómo se muevan los tiempos. En este bastión de resistencia purista que logró conformar ya en los inicios de sus ejemplares me he basado yo. Si bien es cierto, que ningún sueño se hace realidad sin un enorme esfuerzo, y que ese sueño hubiera sido imposible de no ser por el enorme trabajo diario del equipo que incondicionalmente me apoya.

Recuerdo como si fuera ayer, que en el año 2012 me llegó por fortuna, en forma de regalo, una nieta de Evento e hija de Artesana XXIX y Faruk, siendo para mí la más querida y emblemática de todos los animales que se criaron en la yeguada, Carisma XXI. Nobleza pura y arte en movimiento. Espero que cada uno de sus potros herede todas sus capacidades como ya han empezado a demostrar sus hijos, y espero que muchos de nuestros ejemplares tengan la oportunidad de llegar a mucha gente, con la seguridad de que les harán más felices, como nos ocurre a nosotros.

María Isabel M. M.

Breve Historia del PRE

Podemos decir que El caballo de Pura Raza Española culmina como tal en el siglo pasado ya que el control y normativa sobre la raza se establece en el Siglo XX, cuando se reconoce a partir de la creación del Libro -Matrícula en 1912 la inclusión y relación de los ejemplares que por Real Orden podían ser considerados por su pureza como tales. Recogidos quedaron en tomos de distintas ediciones, las de 1915 y 1918 hasta que, en 1943, con la aprobación del Reglamento se define la raza no con demasiado acierto, dicho sea de paso, ya que denota un desconocimiento de la esencia de nuestro caballo. En 1943 se vislumbra, gracias a la Jefatura de Cría Caballar, una esperanza que se plasma en los años 70, al haberse producto en la década anterior un aumento sustancial en la cabaña. Es en este momento, afortunadamente, cuando se corrige el prototipo racial morfológico, en 1971 concretamente y, aunque se siguen cometiendo errores de sesgo respecto a algunas capas, conformación física y funcionalidad, al menos es establecido un orden y orientación. Para solventar esta situación, en 1972 se crea la Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española, sin embargo, mantener la belleza morfológica parece imponerse en la crianza de ejemplares por encima de la belleza conjunta de morfología y funcionalidad, e incorrectamente se ha hecho prevalecer una cualidad sobre la otra por diversos factores. Alejarnos del auténtico PRE, con sus estándares de alzada, movimientos elevados, belleza, nobleza y dimorfismo entre hembras y machos, sería perder su esencia y por ello se lucha a partir de estudios y la publicación de manuales.

Nuestro actual PRE ha superado avatares a lo largo de los siglos en nuestra península, motivados por asentamientos culturales, económicos y sociales infringen en el caballo español su conformación y cualidades específicas para lo que estaba siendo la finalidad de su existencia. Esta “utilidad” fue la impronta que otorgó a nuestros ejemplares las admirables cualidades que hoy en día ostenta la raza. Caballos que trabajaban en el campo, con voluntad para el trabajo, rusticos y resistentes; caballos para las cíclicas guerras que se produjeron en el país durante siglos, donde exhibían su valentía y corazón; caballos de tiro, enganche y paseo donde mostrar obediencia, disciplina y belleza; caballos, caballos y caballos que con la continua selección han transmitido por siglos y generaciones hasta conseguir la nobleza, carácter equilibrado y entrega que tienen los Caballos de Pura Raza Española del momento actual.